Los Sueños del Insomnio. Cap2


Notaba como el autobús subía la avenida, y mentalmente hice repaso de lo acontecido hasta esos días: Fracasos, decepciones, alguna alegría espontánea provocada generalmente por algún estupefaciente, y noches en vela. Más noches en vela. Sabía que no era raro por ello, que más de un tercio de los adolescentes-adultos sufre problemas de sueño y estrés, pero empezaba a estar harto de tanta estadística. Si, muy bien, no soy el único… ¿y?, ¿me tengo que conformar por ello? No soporto a la gente que no hace nada por arreglar su vida. Conviven con sus decepciones y sus faltas hasta que las acostumbran al día a día y acaban confundiéndolas con sus virtudes. Es evidente que no me consideraba un ejemplo a seguir…maldita apatía…pero no sabia si ese “desagrado” provenía de mi asco a la sociedad actual, o a un temor a acabar como esa gente…un verme reflejado en un espejo cóncavo de esos que agrandan tu imagen. Si era esto último…me alegraba, el miedo a caer nos impulsa a agarrarnos con más fuerza. Y eso era lo que me llevaba a coger ese maldito autobús día a día…



Abrí los ojos, el autobús no había parado en la segunda marquesina, y, aunque me alegraba de disfrutar de mi soledad durante el viaje entero, se me antojó raro que no hubiese subido nadie. Alargué la vista a lo largo del autobús…y allí estaba. Una cabeza en la quinta fila, mujer posiblemente. Debía de haberme quedado dormido entre parada y parada…el insomnio provoca que des cabezadas cuando no lo deseas.

Intente relajarme, pero había algo en esa silueta que me resultaba familiar y no sabía qué. Debí de parecer imbécil…pero tras cinco minutos observando tras el asiento sin lograr ver nada decidí cambiarme de sitio para ver un poco mejor (somos como niños pequeños en el fondo…), así que agarre la mochila y comencé a andar tímidamente por el pasillo hasta acercarme dos o tres filas por detrás de ella.

¡CRASH!

Mierda…el puto cordel de las llaves en el reposabrazos de atrás….

Trate de disimular simulando agacharme desde un asiento cercano pero resulto mas patético todavía, si cabía la situación.

Levanté la mirada con intención de poner mi típica cara de “¡Oh! ¿Sorpresa verdad?”, pero no me dio tiempo…

Me encontré frente a unos ojos verde profundo, de silueta marcada pero sin pintar, pequeños pero a la vez enormes, y con ese brillo especial que caracteriza a las personas directas, sinceras, lúcidas, y a veces algo pícaras. Eran los ojos mas bonitos que había visto en mi vida…Y me estaban mirando fijamente.

Creo que en ese momento mi cara era mas bien la del clásico tonto 50X15 “llamo a mi amigo Paco”, por lo que su sonrisa sabiéndose admirada fue de esperar.

-Estaba buscando… ¡un mechero!, que se me ha caído por allí detrás y debe de haber resbalado hasta aquí.

Tengo que reconocer que las relaciones sociales no fueron lo mío nunca. No soy esa clase de persona de la que te enganchas por la primera impresión. Solo hubo una persona que lo hizo…pero de eso hacía ya mucho tiempo.

-Y que, ¿lo encuentras?

La pregunta me despertó de mis pensamientos, además, ella me seguía mirando, así que hice como que seguía buscando (sin encontrar nada por supuesto). Deseé con todas mis fuerzas ser un mago con medio mundo en el bolsillo de mi manga…

-Eeeemmm…creo que no...es negro así que a saber…

(Siempre con recursos)

Ella se echó a reír y yo acabe riéndome también. Se giro hacia su asiento, posiblemente hacia su bolso o mochila (me hubiese gustado saberlo, los pequeños detalles te hablan de las personas…los pantalones o una sudadera no, pero donde guardamos los objetos personales dice mucho de nosotros) y al volverse me alargó un mechero. Era blanco completamente, y lo colocó en mi mano derecha mientras con su otra mano me cerraba los dedos.

-Toma anda, esta vez me sobra uno, pero intenta cuidar un poco más lo que posees, nunca sabes cuando puedes perder algo…

Tenía cierto acento argentino, y durante el tiempo que me habló no dejó de cogerme la mano. Cuando terminó de hablar las apartó, sonrió una vez más, y se volvió hacia su asiento para seguir leyendo el libro que tenia en las rodillas. Con una rápida mirada reconocí la cubierta y el título: GAYA de Jostein Gaarder. Sonreí, un punto a su favor. Volví hasta mi asiento, esta vez ya sin rodeos, y al sentarme me di cuenta de que aun tenía el puño cerrado con el mechero en su interior. Abrí la mano y lo examiné: era blanco completamente como ya había observado antes, y tenía una inscripción en uno de sus lados del mismo verde de los ojos de ella:

"Hay muchas maneras de perderse en la vida, pero la peor es perderse a si mismo"




Abrí los ojos. Tenía la boca abierta y un auricular sobre el hombro. Alcé la vista, el autobús iba medio lleno con la multitud habitual, estudiantes, obreros, algún que otro abuelo o abuela de visita…Pero a ella no se la veía por ninguna parte…No entendía nada. ¿Qué pasaba? ¿Qué coño pasaba? El autobús llegaba al intercambiador de Moncloa y abría sus puertas. ¿No lograba dormir en semanas y de repente dormía profundamente y soñaba en un autobús? Y otra vez… ¿Dónde estaba Ella? La busqué entre la gente que bajaba y no la encontré. No entendía nada…Fui a coger mis cosas para bajar con el resto cuando me di cuenta de que tenia algo en el bolsillo…un mechero blanco, sin inscripciones. Me quede mirándolo embobado durante cosa de medio minuto, hasta que llego el conductor a ver por si me pasaba algo. Respondí con una negativa, y di las gracias. Cogí la mochila y salí del autobús.



Comentarios

Nacho ha dicho que…
"Conviven con sus decepciones y sus faltas hasta que las acostumbran al día a día y acaban confundiéndolas con sus virtudes"

Me representa demasiado esa frase xD

Luego escribo un post más largo, me voy a cenar antes xD

DEW
Anónimo ha dicho que…
Bueeeeeeeeeno,por fin adivine como escribir aqui,y por fin me decido a hacerlo.Ya te dije que en el próximo capítulo escribiría.
Me gusta la idea que tuviste con la historia,solo soñar en el autobús...Creo que puedes hacer algo muuuy bueno. Además, tienes talento jeje.
Respecto a este capítulo....mmm bueno, como te dije, creo que no puedo verlo como un lector más, no sé si me explico... Aun siendo ficción sé que hay cosas basadas en tí. Me gustaría saber que es ''eso'' que te quita el sueño...
Sigue escribiendo, quiero maaaaaaaaas capitulos jeje!!
Un beso ;)
Roberto Miquel ha dicho que…
Una de las grandes fantasías que puedes tener en un autobús; una pena que no todos acabemos con un mechero blanco para dudar.
Neokrisys ha dicho que…
Muy bueno, quién no ha deseado alguna vez encontrar a 'esa' persona soñada e ideal que se esfuma tras el despertar...

Entradas populares de este blog

Club Soledad: Blad

NOTA DEL BLOG