Club Soledad: Blad


Mientras blandía la cuchilla en la piel de aquel sucio magnate de los negocios Blad tarareaba fielmente una canción poco conocida del grupo Lynyrd Skynyrd y perfilaba con cuidado la inscripción que desde hacía años marcaba la piel de sus víctimas. Como en ocasiones anteriores, sus obras de arte eran magistralmente conducidas por los caminos del engaño hasta llegar a su trampa. Blad era un cazador, un mesías, el pastor de las almas descarriadas.


. Dios le había ordenado un cometido y él lo cumplía con satisfacción. No hay nada malo en disfrutar de su trabajo y más si se está completamente seguro de que se está haciendo lo correcto. Putas, avaros, mentirosos, soberbios… Toda la escoria de la humanidad debería saber que es él quién les conducirá a su infierno por caminos tenebrosos y oscuros, manchados de dolor y arrepentimiento. El es Constantine, es un mito y comprende cada milímetro del mundo.

Los atraía a cada uno con su vicio y los atrapaba una vez dentro. La puta no le resulto difícil, de sobra se sabe que basta con tener dinero y parecer necesitado. El violador le costó más, tuvo que unir mucho dinero y horas de montaje fotográfico para lanzar el anzuelo a ese pedófilo rastrero. Blad no iba a conseguir fotos de niñas menores para su plan… Es de los que piensan que el fin no justifica los medios. Y sé lo que pensáis, ¿cómo un asesino puede pensar eso? Pues porque él no es un asesino, es un mensajero de la justicia divina. Un toque de maestría sobre el cuerpo carente de humanidad de unos cuantos para el bienestar de muchos más, no es un medio, porque en sí mismo es un fin. En cuanto al magnate, un hombre de negocios que sacó la cabeza a flote a base de mentiras y codicia… No hubo más que inventar un negocio ficticio y conseguir atraerle hasta este almacén. A priori, parecía más difícil.

Terminada su obra se levantó mirando el cuerpo inconsciente de su víctima. El efecto de la droga pasaría en unos instantes y entonces moriría de dolor mientras él se sentaba a escuchar entre gritos y alaridos de este nuevo bastardo, la música que escuchan los genios, Stairway To Heaven. Muchos personajes de libros y películas describen a los justicieros de esta rama de la divinidad, como estudiosos y pasionarios de la música clásica y de la literatura antigua. Blad no. Blad es un hombre de su época que escucha lo que le gusta y lee lo que le apetece. No entra en ningún canon, ni en ningún estereotipo de ninguna clase. Se limpia las manos con los vaqueros viejos y observa como poco a poco se va despertando su gacela. Sonríe complaciente. Su trabajo empieza a dar los frutos. Grita levemente mientras despertaba y tarda apenas unos segundos en percatarse de que su cuerpo había sido mutilado con una escritura en latín que decía: “Solo los verdaderos amos de su destino son los que viajan con un propósito. Los que no comprenden su camino son las ovejas descarriadas que me encargo de volver a encauzar. Los demás son demonios que viven en pecado de alma, pues con ella o sin ella prenden de oscuridad todo lo que tocan. Yo soy la luz que guía o yo seré tu destino”. Lógicamente, su cometido dura varias horas y apenas tiene tiempo para perder la vida en algo más. Por eso atacan las dudas.

¿Lo estará haciendo bien? ¿Es en realidad un mesías o tan solo otro chalado más? ¿Quién le dio el privilegio de no contemplar la duda ante los ojos de un simple humano y ser el escultor de la obra más macabra de nuestro señor? Todo está confuso. Una punzada en la cabeza. Una lágrima por cada recuerdo. Una familia rota. Un tiempo atrás, todo fue mucho más sencillo. Ahora, la soledad le acorrala entre la masa. Completa su jornada laboral regalándole reflexiones acerca de sus actos y pensamientos. Maldita amante esquiva que no complace ni ayuda un contigo ni un sin ti. La venganza contra la soledad es perder la compostura, pero ella es rencorosa y atacará con más fuerza conforme más pase el tiempo en el que no la sientes. ¿Matar en nombre de qué? Lo único que puede apreciar con claridad es la sangre en la suela de sus zapatos. ¿Lo demás? ¿Es una simple leyenda?

No deja que la soledad le atrape en sus pensamientos. Mantiene la calma, respira hondo y disfruta de su obra, como tantas otras veces. Pero no puede.

Ese hombre está muriendo de dolor y él es el ejecutor sin más órdenes que su locura. El grado de dolor aumenta notablemente. Todo empieza a dar vueltas. Se agarra la cabeza con las dos manos, manchando de sangre su pelo. Abre los ojos y clava su mirada a la de su “magnate”. Siente el terror en su mirada. Es una sensación inaguantable. Para de gritar y este observa a Blad con pánico, memorizando cada rasgo
de su cara como un estigma en su ya descompuesta piel.

Con un alarido, Blad sale de la habitación en busca de aire y la fuga de su malestar.

Al abrir la puerta una cuadrilla de policías le apuntan con un arma.

- ¡Policía! ¡Ponga las manos sobre la cabeza!

Blad obedece… No sin antes sacar de su bolsillo una pequeña cuchilla de moldear cuero. Raja de lado a lado su gaznate y coloca las dos manos sobre su cabeza… La verdad sobre sus actos viene ahora. Ahora sabrá si hizo bien o si, por el contrario, todo fue fruto de una locura creciente en un corazón solitario.
- ¡Tú no te mueres cabrón! Tienes que vivir para que sea yo quien te mate, maldito hijo de puta.

Comentarios

Edu ha dicho que…
Muy bueno, la verdad. Se supone que el club tiene más miembros?? XDD
Eso espero..
1saludo
Nacho ha dicho que…
Si, mira a la derecha y encontrarás la etiqueta de el club soledad ademas de las otras con diferentes títulos.

Gracias por el cment!
Hueto ha dicho que…
oh dios, un pirado de los de verdad... yo no iria a un club con este tipo eh? xD
vaaahaaamoss, agarra el boli de nuevo ;)

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