Mientras blandía la cuchilla en la piel de aquel sucio magnate de los negocios Blad tarareaba fielmente una canción poco conocida del grupo Lynyrd Skynyrd y perfilaba con cuidado la inscripción que desde hacía años marcaba la piel de sus víctimas. Como en ocasiones anteriores, sus obras de arte eran magistralmente conducidas por los caminos del engaño hasta llegar a su trampa. Blad era un cazador, un mesías, el pastor de las almas descarriadas. . Dios le había ordenado un cometido y él lo cumplía con satisfacción. No hay nada malo en disfrutar de su trabajo y más si se está completamente seguro de que se está haciendo lo correcto. Putas, avaros, mentirosos, soberbios… Toda la escoria de la humanidad debería saber que es él quién les conducirá a su infierno por caminos tenebrosos y oscuros, manchados de dolor y arrepentimiento. El es Constantine, es un mito y comprende cada milímetro del mundo. Los atraía a cada uno con su vicio y los atrapaba una vez dentro. La puta no le resulto difíc
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