Marea Alta

(Llevo mucho tiempo sin escribir chicos….demasiado!!Así que acepto críticas constructivas, pero también darme una oportunidad!)



- [...]
- Te Quiero.
- Ya, ¿y eso lo dice tu también tu lado bromista?
- No, eso lo digo yo.
- …
- …
- ¿Oye?

Hay momentos en los que el silencio es capaz de gritar….
Llevaban discutiendo un rato. Quejas por aquí, malentendidos por allá, la conversación pasaba la pelota de teléfono a teléfono, y cuando parecía que la marejada acababa, otra ola indicaba llegada de la marea alta…
Ella era su vida. Su amor. Su tortura. Su principio. Su final...
¿Él? Se hacía llamar fuerte y creía poder superar lo que se le afrontaba. No presumía de no llorar, pero pensaba que era capaz de sobrellevar sus problemas. Que dulce e inocente es la arrogancia…
La vida no sonreía a ambos, pero el uno era una sonrisa para el otro. Él le había mostrado la felicidad y ella le había enseñado a amar. “Te Quiero”. Dos palabras. Que desprestigio de lenguaje. Cuanto criticamos que el amor se resuma en un gesto, una expresión, pero a la vez anhelamos eso como un condenado su perdón.

- Sí, sigo aquí.

Después de amoríos baldíos, supuestos romances, que no fueron sino el intento de un adolescente de creerse acompañado, ella había aparecido en su vida. Después de decidir que su vida iba a ser “libre” y sin preocupaciones, ella le había enseñado los huecos que rellena el amor, y lo libre que se puede sentir uno si te ata la persona correcta. Después de jurarse a si mismo que nunca volvería a decir a ninguna mujer que la amaba, ella se lo arranco de sus labios entre risas, besos y caricias.
Tiempo hacia ya de aquello, pero aunque para ella esas palabras quizás hubiesen perdido algo de significado, a el todavía se le aceleraba el pulso al oírlas.

- ¿Y?

La vida da hostias…demasiadas. Te enseña la cara del miedo para que sepas que esta ahí, y te la recuerda en sueños.

- Yo ya he dicho todo…

La gente le preguntaba “¿Por qué tienes miedo?”, el intentaba contestar que es mejor tener miedo a algo y seguir ahí sabiendo que está, que seguir sin saberlo y perderte por el camino.
Era un arrogante….poético a su manera, pero un vulgar idiota.

- Bueno, creo que lo mejor será que cuelgue, mañana tengo que madrugar.

Es duro pensar que somos tan simples, que nos perdemos con facilidad, que es más barato el llanto que la risa.

- Hasta mañana…

Deseamos con fuerza algo, luchamos por ello, creemos tenerlo…

- Adiós…

Y muchas veces, creemos conseguir lo grande….y las pequeñas cosas nunca se oyen cuando de verdad se necesitan.

(CLOC)