La tienda (Discos el Sol vol.2)

La tienda era uno de los últimos reductos de la música apartada del mercado, disco olvidados se escondían en las cubetas esperando que alguién fijase su vista sobre ellos y con una sonrisa y los ojos llorosos decidiese adquirir ese LP que marcó algún momento de su vida, Manuel sabía que los discos sentían y padecían ese olvido y por eso se preocupaba de revisarlos regularmente, limpiar el polvo que las viejas paredes dejaban caer sobre ellos y de vez en cuando ponerlos en su tocadiscos para llenar de sentimientos el aire de aquella habitación, lo que convertía a la tienda en un recinto aislado del paso del tiempo y de los éxitos facilones del momento.



Manuel estaba enamorado, enamorado de la música, sabía que aquello era un tópico, sabía que todo hijo de vecino en algún momento de su existencia había dicho eso de "la música es lo que mueve mi vida" o el también típico "no puedo vivir sin ella", pero en su caso era diferente, sentía emociones inexplicables con según que discos de según que artistas, era por eso que cada día se dejaba la piel en una tienda vacía, era por eso que vivía en el piso más pequeño y cochambroso que podía pagar el dinero en aquel Madrid devorado por las inmobiliarias, Manuel era un romántico, y la pasión que llenaba los vacíos que el románticismo creaba era aquella música que ya no sonaba en las emisoras.

En la esquina más apartada de la puerta, sobre una pequeña mesa rectángular se encontraba uno de los más fieles amigos de Manuel, un viejo Technics SL 1200mk2 que había comprado hace algunos años casi empeñando su alma, junto al venerado tocadiscos había una caja con unos 10 vinilos que Manuel tenía para ir escuchando, cada semana y de modo semi religioso Manuel actualizaba la lista de vinilos añadiendo otros nuevos y retirando los que ya había escuchado, de este modo en la tienda no dejaban de sonar aquellos éxitos de otras épocas.

A la derecha de la puerta, pegada a la pared estaba la mesa de Manuel, en la que siempre atendía a sus clientes con una sonrisa, sobre ella un monitor de ordenador, una calculadora y un rollo de papel celo, debajo una caja con bolsas negras en las que se podía leer en grandes letras doradas "Discos el sol, grandes éxitos".

Las tres paredes restantes estabán ocupadas por "las cubetas", cajones altos de madera barnizada que ocultaban algunos tesoros, sobre ellos los discos más vendidos y algunos de los más desconocidos forraban las paredes hasta el techo.
En el centro de la sala había más cajones con discos y en una esquina descansaba una vieja banqueta redonda a la que Manuel se subía si alguién le pedía algún disco de la pared.

Esta era la planta de Discos el Sol, un lugar donde esconderse como niños del implacable paso del tiempo, un lugar donde escuchar de nuevo las canciones que nos hicieron llorar y las que nos hicieron gritar de placer y recordar los momentos, ya muertos, en los que fueron la banda sonora de nuestras vidas...

Comentarios

Hueto ha dicho que…
wow...jejeje. la verdad es q una tienda asi es un sueño hecho realidad.
mantengo mi impresion.pequeña mueca de la comisura del labio expresando añoranza y encanto por un lugar asi.

¿alguien vota x una vida con banda sonora rollo family guy?
Nacho ha dicho que…
Voto a Favor!

me ha gustado como continua la historia y estoy esperando impaciente a que coja un poco de cuerpo!

Un saludo!

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