Carta ciclica
Querida Soledad:
Te escribe, desde el exilio temporal, tu mente rebuscada y tu más considerado amante.
Desde hacía unos años nos veíamos muy amenudo, entre sonrisas y lágrimas, jaquecas y días de insomnio. Pero ahora no... Ahora, la más fiel de las amantes, he decidido soltarte la mano. Tanto amiga mía, tanto ha pasado... Sabes, igual que yo, que esto no es una carta de despedida, es una carta de traición, un desacato a tu autoridad, a tus directrizes que, como un borrego, he seguido, creando sobre ellas los más absurdos ideales a los que aferrarse un cateto de mi altura puede permitirse. Ni un 14 de febrero ni un 18 de mayo. No hay fecha ni justificante médico para hacer novillos al destino y eso, amiga mía, es una lección más que aprendida que nos dedicas.
Y es que tu compañía quema y enseña. La letra con sangre entra y tú, haces heridas que la letra no consigue curar (por mucho que me emperrase en intentarlo). Así que bolas a tu campo. Búscate otra boca de idiota a la que aportar dudas, maestra de complejos.
Pero te amo. Ni los perros soportan tu compañía amante mía. Perros bajo lluvia que muchas veces fuimos compañeros de banco, de cama, de miradas y de lunas llenas. Miles. Gracias a ti he recogido los frutos de mi huerto en barbecho con más alegría que nunca. Gracias a ti he forjado, con más cabezonería que don, esta sutil forma de dedicar palabras riéndome de mi mismo. Asedio tus lecciones y alivio mi luto sonriendo al verte marchar de mi vida. Créeme, no habrá pañuelos blancos.
Y si hablasen las paredes... Las de mías suenan a ti. Mis sabanas aún no se han despojado de tus fragancias. Mis labios aún recuerdan tus amargos besos de eternidad. Sé que cuando vuelvas (y lo harás) pisaras más fuerte, reirás más alto y castigarás con más rabia. Pero un segundo lejos de ti merece el gasto de una vida (salvo ese bendito segundo) lejos de tus garras.
Sin más, me despido de ti hasta que cambie mi viento. Ahora navego mar a dentro teniendo en cuenta que volveré a tu tierra. Y seré bienvenido de nuevo.
Ahora me toca a mí.
PD: Me llevo tus enseñanzas bajo la manga, porque quiero que sepas que seré siempre tu último as de la baraja. Porque la vida es un ciclo.
Te escribe, desde el exilio temporal, tu mente rebuscada y tu más considerado amante.
Desde hacía unos años nos veíamos muy amenudo, entre sonrisas y lágrimas, jaquecas y días de insomnio. Pero ahora no... Ahora, la más fiel de las amantes, he decidido soltarte la mano. Tanto amiga mía, tanto ha pasado... Sabes, igual que yo, que esto no es una carta de despedida, es una carta de traición, un desacato a tu autoridad, a tus directrizes que, como un borrego, he seguido, creando sobre ellas los más absurdos ideales a los que aferrarse un cateto de mi altura puede permitirse. Ni un 14 de febrero ni un 18 de mayo. No hay fecha ni justificante médico para hacer novillos al destino y eso, amiga mía, es una lección más que aprendida que nos dedicas.
Y es que tu compañía quema y enseña. La letra con sangre entra y tú, haces heridas que la letra no consigue curar (por mucho que me emperrase en intentarlo). Así que bolas a tu campo. Búscate otra boca de idiota a la que aportar dudas, maestra de complejos.
Pero te amo. Ni los perros soportan tu compañía amante mía. Perros bajo lluvia que muchas veces fuimos compañeros de banco, de cama, de miradas y de lunas llenas. Miles. Gracias a ti he recogido los frutos de mi huerto en barbecho con más alegría que nunca. Gracias a ti he forjado, con más cabezonería que don, esta sutil forma de dedicar palabras riéndome de mi mismo. Asedio tus lecciones y alivio mi luto sonriendo al verte marchar de mi vida. Créeme, no habrá pañuelos blancos.
Y si hablasen las paredes... Las de mías suenan a ti. Mis sabanas aún no se han despojado de tus fragancias. Mis labios aún recuerdan tus amargos besos de eternidad. Sé que cuando vuelvas (y lo harás) pisaras más fuerte, reirás más alto y castigarás con más rabia. Pero un segundo lejos de ti merece el gasto de una vida (salvo ese bendito segundo) lejos de tus garras.
Sin más, me despido de ti hasta que cambie mi viento. Ahora navego mar a dentro teniendo en cuenta que volveré a tu tierra. Y seré bienvenido de nuevo.
Ahora me toca a mí.
PD: Me llevo tus enseñanzas bajo la manga, porque quiero que sepas que seré siempre tu último as de la baraja. Porque la vida es un ciclo.
Comentarios
Yo te escribo para contarte que finalmente, tras años de lucha, te gané esta batalla. Tu luchabas por mantener a Nacho junto ati, era tu amante preferido.Yo luchaba por separarle de tus crueles garras y por verle sonreir. Hoy, esta bataya es mia. Logré sacarte de su memoria y hacerle ver que eres una mala compañera.
Algún dia volverá a ser tuyo(o quizá no)pero mientras trazaremos juntos un camino,mientras tú te pudres en tu propia soledad.
PD: me ha gustao :) "Búscate otra boca de idiota a la que aportar dudas, maestra de complejos" :O xD
Muak!
creo q es una wena leccion, de que no solo hay que quejarse en esta vida, a veces vale mas darse cuenta de esos momentos buenos.
ya sabes lo q pienso de todo, me alegro, te hacia falta ponerle los cuernos a tu novia eterna, todo hay que decirlo =D.
y si algun dia vuelve...bueno...hasta entonces, felices seremos los que nadamos fuera del barco en aguas profundas!
me enkanta la fuerza kon la q parece escrito, da patadas!
ahora, cuando escuxes eso de "la soledad no está tan sola, no ves q a mi no m abandona" kiero ver una sonrisa de triunfo en tu kara!!!
y..."sigue nadando sigue nadando..." ;)
Está bien serle infiel a la soledad de vez en cuando, en cuanto te descuidas es cruel y despiadada verdad? Y la verdad es que no es nada fácil deshacerse de ella, mucho menos aprender algo de ello... te admiro ;)
Cuidate, un besito!
Me encanta la respuesta de Nawi!!
(Comenté ayer, pero no se guardó!!)
Un abrazo, ya teneis por el blog la segunda parte de Discos el Sol...