Querida Soledad: Te escribe, desde el exilio temporal, tu mente rebuscada y tu más considerado amante. Desde hacía unos años nos veíamos muy amenudo , entre sonrisas y lágrimas , jaquecas y días de insomnio. Pero ahora no... Ahora, la más fiel de las amantes, he decidido soltarte la mano. Tanto amiga mía, tanto ha pasado... Sabes, igual que yo, que esto no es una carta de despedida, es una carta de traición, un desacato a tu autoridad, a tus directrizes que, como un borrego, he seguido, creando sobre ellas los más absurdos ideales a los que aferrarse un cateto de mi altura puede permitirse. Ni un 14 de febrero ni un 18 de mayo. No hay fecha ni justificante médico para hacer novillos al destino y eso, amiga mía, es una lección más que aprendida que nos dedicas. Y es que tu compañía quema y enseña. La letra con sangre entra y tú, haces heridas que la letra no consigue curar (por mucho que me emperrase en intentarlo). Así que bolas a tu campo. Búscate otra boca de idiota a la que ap...
Comentarios
muy bueno, en serio
de lo que menos me gusta.
a ver cuando tengo tiempo y discutimos sobre cosas.
salud,
Iker.